Dermatoweb.net
protocolos terapéuticos
 
protocolos terapéuticos
Eczemas
Introducción  
Dermatitis atopica  
Dermatitis de contacto  
Neurodermitis  
Dishidrosis  
Eczema numular  
Dermatitis venosa  
Eczema craquelé  
   
   
   
   
   

 

 
Neurodermitis      

Dr Josep M Casanova. Servicio de Dermatología. Hospital Universitari Arnau de Vilanova. Prof titular de Dermatología. Universitat de Lleida (actualizado junio 2007)

La neurodermitis o liquen simple crónico de Vidal es, en el adulto, el segundo eczema por orden de frecuencia después de la dermatitis seborreica. Se puede considerar uno de los eczemas principalmente exógeno, ya que parece que está causado por el rascado continuado y compulsivo sobre una región determinada. Sigue un curso crónico, con exacerbaciones y remisiones, influido principalmente por el estado emocional del paciente. El rascado hace que la piel se haga más gruesa y brillante, aparecen excoriaciones y descamación, y se acentúan las líneas normales de la piel.

Los pacientes explican que mientras están distraidos en el trabajo no tienen apenas prurito, que se desencadena por lo general al llegar a su casa y sentarse en el sofá o por la noche con el calor de la cama. No es raro que el paciente se rasque mientras duerme. La intensidad del prurito no cede en muchas ocasiones hasta que el paciente se produce dolor. Algunos pacientes llegan a utilizar piezas metálicas para rascarse y llegan a producirse sangre.

La neurodermitis acostumbra a presentarse como una placa única, de tamaño variable, aunque en ocasiones las lesiones son múltiples. Las lesiones se localizan en zonas fácilmente accesibles al rascado como la nuca, la región pretibial y la zona de extensión de los antebrazos. Tb son muy típicas las lesiones de neurodermitis en la región genital (escroto en el varón y vulva en la mujer), por lo general asimétricas, y en la zona perianal. Por el contrario, no se encuentran nunca lesiones de neurodermitis en el centro de la espalda, donde el paciente no se llega con las manos.

  


  atlas   temario
Neurodermitis del codo y el antebrazo Neurodermitis pretibial Neurodermitis de la nuca Neurodermitis inguinal


Tratamiento

Para el tratamiento de la neurodermitis es fundamental romper el ciclo vicioso prurito-rascado. Los fármacos más efectivos son los corticoides tópicos potentes, como el dipropionato de betametasona al 0.05% (Diproderm®) en zonas de piel gruesa como la región pretibial, los tobillos, los pies o los codos, o de potencia media como el valerato de betametasona al 0.05% (Celestoderm V1/2®) en zonas de piel fina como la nuca o la región anogenital. Siempre hemos de tener en cuenta la correcta elección de los excipientes (la neurodermitis es un eczema seco y por tanto habitualmente se recomiendan pomadas) y las recomendaciones generales sobre el uso correcto de los corticoides tópicos que se exponen en el capítulo de bases para el tratamiento. Si el paciente reduce el rascado, se consigue el control del eczema en unos 15-20 días, transcurridos los cuales reduciremos lenta y progresivamente la aplicación de corticoides que se irán sustituyendo por cremas hidratantes.

 

Con el fin de reducir la ansiedad y el estrés generalmente asociados podemos añadir un antihistamínico oral sedante como la hidroxicina (Atarax®), 25 mg 1 o 2 veces al día (preferentemente por la noche) (ver antihistamínicos en bases para el tratamiento). Con la toma de antihistamínicos sedantes debemos explicar al paciente que debe evitar conducir y la ingesta de bebidas alcohólicas.

 

Para reducir el prurito podemos emplear asimismo lociones mentoladas como el Sartol® o la loción de calamina con mentol al 0.5%.

 

Debemos explicar al paciente la causa del prurito y del eczema (el estrés y el rascado continuado de las lesiones) y recomendaremos reducir el estrés. Asimismo es aconsejable cortar bien las uñas.

 

Los casos muy crónicos pueden tratarse con infiltraciones de triamcinolona acetónido (Trigon® depot, 40 mg/ml), disolviendo el inyectable en suero (0,1 ml de Trigon® en 5-10 partes de suero, según el grosor de las placas) e inyectando intradérmicamente una décima de la disolución por cada cm2 de la placa. Las infiltraciones pueden repetirse cada 15-30 días hasta la resolución de las lesiones. Es un tratamiento altamente efectivo pero puede causar atrofia y favorece el desarrollo de infecciones.

  


 
buscador  
 
 
Dermatoweb.net    Web docente de Dermatología -------   Coordinación Dr JM Casanova         web design: kton y Cia